El problema de la temperatura en el transporte y la distribución de la comida en caliente.
Uno de los mayores retos es mantener la cadena de calor por encima de los 65°C. Esto es crucial para asegurar la calidad y seguridad de los alimentos en colectivos como colegios, residencias y empresas, especialmente en rutas largas donde la temperatura es más difícil de controlar.
En los primeros platos, el desafío no es tan grande, ya que suelen servirse fríos o a temperaturas bajas, pero en los segundos platos que deben servirse calientes, el reto es mucho mayor. El uso de contenedores isotérmicos permite mantener las comidas calientes durante más tiempo y asegurar que los alimentos lleguen en condiciones óptimas a su destino.
La legislación obliga a mantener la cadena de calor a más de 65°C, y es fundamental evitar la pérdida de temperatura en los alimentos que deben servirse calientes.
- Envasar directamente de las marmitas y hornos sin permitir que los alimentos pierdan temperatura antes del envasado.
- Utilizar armarios calientes para segundos platos, asegurando que se mantenga la temperatura antes del servicio.
- Incorporar placas de calor, especialmente en rutas largas, para mantener la temperatura durante todo el trayecto.
- Regenerar los recipientes antes de envasarlos en contenedores isotérmicos, asegurando que la comida esté a la temperatura adecuada.
Estas medidas son esenciales para garantizar que los alimentos lleguen a su destino de forma segura y manteniendo su calidad. Respetar la cadena de calor es fundamental para evitar problemas de salud y garantizar un buen servicio.
En resumen, mantener la temperatura de los alimentos es clave en el transporte, y las soluciones como los contenedores isotérmicos, junto con buenas prácticas de manipulación, aseguran que la comida se sirva en condiciones óptimas.